domingo, 21 de febrero de 2016

Lecciones del "periodismo - periodismo"



Lecciones del "periodismo - periodismo"



Crédito: Semana.com 

Los días anteriores trajeron, como las hojas con el invierno, un nuevo y polémico tema para la opinión pública nacional. La “comunidad del anillo” es algo que, aunque poco registrado, ya se conocía desde hace tiempo en Colombia, cuando el programa Séptimo Día realizó un reportaje sobre cómo la muerte de la cadete Lina Maritza Zapata podría estar relacionada con esta supuesta red de prostitución homosexual al interior de la Policía. 

La coyuntura, sin embargo, se avivó esta semana gracias a la -y me duele decir su título- periodista Vicky Dávila, quien hace un tiempo había comenzado una investigación sobre ello. 

En medio de una carrera cada vez más estrecha, disputada entre poderes políticos, institucionales y la misma Dávila, esta última publicó en las redes sociales del medio que presidía, La Fm, un vídeo del exviceministro del Interior, Carlos Ferro, y el hoy capitán de la Policía, Anyelo Palacios, que supuestamente probaba la existencia de la ya nombrada “comunidad”.

Este clip  de 8 minutos, en el que ambos señores entablan una charla de carácter íntimo mientras buscan un lugar para concretar un encuentro sexual, fue publicado sin más, volviéndose rápidamente comidilla de los voraces perfiles virtuales. De esta determinación, por supuesto, han surgido varias críticas.

En primer lugar, y de manera fundamental, la cuestión de la ética periodística de Dávila. La filmación, realizada sin el conocimiento de Ferro, fue lanzada de la manera más explícita y vulgar posible sin preocuparse por la vida familiar, laboral y social de los implicados, en lo que es una clara violación a los derechos de la honra y la intimidad. 

La serie de acciones que condujo a la publicación de este vídeo, y el obsceno tratamiento que le fue dado a este, constituyen el perfecto ejemplo de todo lo que no debe hacerse en el periodismo. Vicky Dávila no solo dañó su imagen profesional, sino que también afectó la de un oficio tan noble y necesario como sí solo.

Siguiendo, el medio La Fm alude que este vídeo sale a la luz pública como prueba de la existencia de la “comunidad del anillo”. Sin embargo, al analizársele, este no constituye testimonio alguno. De hecho, ni siquiera es material probatorio de delito: este se limita a mostrar a dos adultos hablando de manera consensuada de sus gustos sexuales.

Los hechos mostrados en este film resultan ciertamente escandalosos para una sociedad tan católica y moral como la nuestra, donde nadie comete pecado y la diversidad es crudamente castigada. Sí, Vicky Dávila en su forzado intento de hacer “periodismo – periodismo” cayó al mismo nivel de La Red: publicando noticias morbosas sin rigor alguno, dando pan y circo a un país intolerante y de dos caras.

Este hecho, verdaderamente condenable, derrocó a sus principales implicados. Sin embargo, este mismo no debe volverse una cortina de humo para otros temas, porque han de seguirse las investigaciones sobre la igual de condenable “comunidad del anillo”, en caso de esta existir; porque ha de castigarse a la Policía en caso de extralimitar su poder con “chuzadas” y otros actos corruptos; porque la verdad no debe encubrirse con escándalos. 

En un Estado social de derecho cada quién debe atenerse a las consecuencias de sus actos, más cuando estos transgreden los límites de lo establecido. El día de hoy fue la señora Dávila, afectando a una gran cantidad de actores en el proceso. Si su investigación tiene algo de cierto, ya se verá; sin embargo, la conclusión de este aparatoso incidente es que muchas veces el proceder interesa más que el fin, y que el periodismo siempre debe velar por el respeto y por lo humano.